Querida amiga.
Cada vez que te veo me pregunto si te acuerdas de mí. No tengo el valor de hablarte y menos decirte si recuerdas los momentos de una época que pasamos juntas, en la que compartimos sentimientos, experiencias, gustos y sueños.
Desearía poderte decir en persona cuanto extraño los días en los que me acompañabas, donde ambas nos divertíamos, teníamos las mismas ideas para nuevos juegos y compartíamos las mismas expectativas para un futuro en que estuviéramos juntas la una con la otra.
Tantos años han pasado y aun sigo viéndote a lo lejos; observo como compartes tu vida con otras personas de tu entorno, imagino que les cuentas pequeñas cosas de tu día a día, me entero de como la estás pasando sin necesidad que me lo digas. Me alegro por ti, desearía haber estado para ti y compartir todo hasta ahora. Aún recuerdo cuando acordamos estar siempre juntas, a pesar de todo lo que pudiese pasar en el futuro, cómo nos hicimos la ilusión de que, al momento de crecer, cumpliríamos con nuestras metas juntas, metas frustradas por nuestra corta edad. Sueño con el recuerdo de tu presencia en mi vida y lamento como fue tan efímero tu pasar. Me entristece sentir que en un abrir y cerrar de ojos ya no estabas para mí ni yo para ti.
Ahora, por cosas del destino no puedo acercarme a ti y solo me queda escribirte esta carta porque sigues siendo importante para mí. Nos extraño, los sentimientos que no te digo de frente te los redacto, espero un día podamos volver hablar y volver a abrazarte, querida amiga.
Hola, me llamo Eliana. Gracias por leerme. Si te gustó mi relato puedes compartirlo, dejar un comentario en el blog o seguirnos.
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