Frágil.

 
Esconder nuestros verdaderos sentimientos se ha convertido
en una constante.
Nuestros cimientos se han levantado sobre un suelo frágil
por el que caminamos de puntillas
con miedo a herirnos.
Fingir que todo va bien es una moda
y aferrarnos a promesas imposibles nos hace daño.
 
Porque en la vida siempre hay un momento en el que debes elegir,
morir por otros y vivir por ti,
y sobrevivir se convierte en un instinto animal

que anula la conciencia y no obedece a la razón.
 
Aunque ese impulso también suponga el fin...
como aguantar la respiración bajo el agua,
siempre llega el instante en que el cerebro
obliga a abrir la boca e inspirar.
 
Momento sublime donde tomas conciencia
donde asumes el reto de vivir a plenitud
y lo haces aun sabiendo lo que viene después.

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